Todos los lactantes sufren un periodo de adaptación en el cual el sistema digestivo se acostumbra a digerir los alimentos y llevar a cabo sus funciones, durante este proceso es común que se presenten molestias, como irritabilidad, regurgitaciones, distensión abdominal y alteración en el patrón de las evacuaciones.
Esto indudablemente preocupa a sus padres, sin embargo son manifestaciones esperadas y que en la mayoría de los casos no están correlacionadas con una enfermedad grave.
Para tranquilidad de los padres, se suele hacer un sobrediagnóstico de Enfermedad de Reflujo gastroesofágico, intolerancia a la lactosa o alergia a las proteínas de la leche de vaca; esto se traduce en un cambio de fórmula, que muchas veces no es la solución a su manifestación, no es el tratamiento adecuado y solamente representa un golpe a la economía familiar ya que los cambios suelen hacerse por fórmulas más caras que las convencionales.
Si tu bebé, tiene buen peso, no se enferma regularmente y tiene un desarrollo adecuado para su edad, es probable que solamente esté sufriendo de un cólico del lactante o un reflujo fisiológico, que no requiere tratamiento y mucho menos cambio de fórmula.
Escribiré posteriormente a cerca de estas enfermedades y más preocupaciones de los padres.
Ninguna fórmula será tan buena como la leche materna y los cambios de leche suelen ser innecesarios en casi un 90% de las veces.
Los niños que padecen enfermedad de reflujo gastroesofágico o intolerancia a las proteínas de la leche suelen tener otro tipo de manifestaciones que un buen pediatra debe saber identificar.
Los espero en el siguiente post.
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