Además de que existe suficiente evidencia de que su uso está relacionado en un gran número de accidentes que sufren pacientes pediátricos en la Unión Europea y Estados Unidos año con año, se ha relacionado en múltiples estudios como factor de riesgo para trastornos en el neuro-desarrollo del lactante. Usualmente los andadores no tienen un diseño ergonómico adecuado, de tal manera que pueden causar alteraciones en la cadera, otras articulaciones y el desarrollo normal de los huesos de las extremidades inferiores. Por otro lado, la etapa de gateo y sostén, tienen mucha trascendencia en el desarrollo motriz e incluso implican cuestiones sociales y del comportamiento. El esfuerzo que hace un lactante al querer mantenerse de pie y los cambios de posición de estar " a gatas" a querer encontrar puntos de apoyo para poder llegar a la posición de estar erguido, constituyen una etapa importante en el desarrollo de la autoconfianza, coordinación, destreza, entre otros aspectos. Al someter a un lactante a un andador, podríamos interferir con el desarrollo de esta etapa tan importante; eso sin contar que aumentamos los riesgos de deformaciones óseas y articulares, así como la probabilidad de sufrir accidentes. No podemos satanizar su uso ni creer que tenemos la verdad absoluta, en el neuro-desarrollo influyen muchos aspectos, cada caso es diferente y es muy importante estar informados, si existen dudas a cerca de su uso, lo recomendable es que acudan con su pediatra de confianza y juntos hagan valoración del caso de su bebé y se establezca un plan para vigilar puntualmente su neuro-desarrollo y prevenir accidentes. Dr. Carlos Omar Villarreal/ Pediatra
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